miércoles, 14 de septiembre de 2011

Sin Patria Accesible la Democracia es Imposible

Al llegar el mes de setiembre todos y todas de seguro pensamos en los desfiles del 15 y las festividades patrias de independencia.  Casas, negocios y oficinas son engalanados con los colores patrios. En todas las escuelas y colegios podemos escuchar el bullicio de los jóvenes estudiantes quienes, llenos de energía, ensayan con sus tambores y sus liras.  Los mas chicos le piden a Dios que el 14 no llueva para poder lucir con orgullo ese farol multicolor que tanto les ha costado confeccionar.  Y en todas estas manifestaciones de civismo y ferbor patrio resuenan con fuerza los valores de independencia y libertad, pilares inequívocos de la democracia.
Sin embargo, en medio de la algarabía, los actos cívicos y los desfiles, es necesario recordar que esos mismos valores, independencia y libertad, aún siguen siendo desconocidos para un buen número de ciudadanos costarricenses quienes tienen una condición de discapacidad.
Y es que cabe preguntarse:  ¿Puede una persona usuaria de silla de ruedas hablar de libertad para movilizarse cuando las aceras de su comunidad están en pésimo estado y no tienen rampas en las esquinas.  ¿Se puede hablar de libertad cuando el acceso de muchos edificios públicos y privados sigue siendo prohibido para personas con discapacidad física por falta de elevadores y rampas de acceso?  ¿Tienen libertad de información las personas sordas aún cuando se realizan actos públicos que no incluyen intérpretes de lengua de señas?
¿Y qué tal la independencia?  ¿Pueden sentirse independientes las cientos de personas con discapacidad que dependen económicamente de sus familiares o de una pensión paupérrima producto de la enorme discriminación laboral que aqueja al sector.  Pueden hablar de independencia las y los estudiantes no videntes quienes dependen de sus padres para que les lean los libros de texto por falta de versiones en braille y otros formatos accesibles.  Es independiente una persona con discapacidad que es sobreprotegida por sus familiares a tal punto que le limitan sus gustos y posibilidades de desarrollo personal?
Si la libertad y la independencia son valores fundamentales para la vida democrática, al reflexionar sobre las interrogantes planteadas pareciera que muchas personas con discapacidad aún no conocemos la palabra democracia.  Quizás por ello uno de los lemas que más ha calado entre el movimiento social de personas con discapacidad afirma que: “Sin patria accesible la democracia es imposible”.
Con las fiestas patrias celebramos que vivimos en un Estado de Derecho, sin embargo, somos las personas con discapacidad quienes vemos un atropello constante de nuestros derechos fundamentales.  Así lo atestiguan cientos de recursos de amparo interpuestos por compañeras y compañeros con discapacidad y que han sido declarados con lugar por la Sala Constitucional.  Incluso el cacareado derecho de libertad de opinión se ve cuartado cuando el propio Estado y sus instituciones toman decisiones sobre las personas con discapacidad sin consultar previamente con nuestras organizaciones sociales tal y como lo ordena el artículo 13 de la Ley 7600 “Igualdad de Oportunidades”, consulta que igualmente ha sido ratificada en las Convenciones Internacionales de Derechos Humanos aprobadas por Costa Rica.
Por ello, en el marco de las celebraciones patrias de independencia, las personas con discapacidad de Costa Rica hacemos un nuevo llamado para que de una vez por todas se respete y se cumpla diligentemente la legislación que tutela nuestros derechos.  Somos ciudadanos de esta gran nación, tenemos ilusiones y sueños.  Aunque tenemos una condición de discapacidad estamos totalmente capacitados para aprender, para trabajar y para aportar al desarrollo y la vida nacional.
Las leyes son muy claras.  El Estado es el garante de los derechos y por tanto debe cumplir con su deber de tutelarlos, defenderlos y protegerlos.  Y eso incluye los derechos de quienes tenemos una discapacidad.  Es responsabilidad de toda la sociedad trabajar por la equidad y la inclusión social.  La equiparación del entorno es requisito fundamental para garantizar la libertad y la independencia de las y los ciudadanos con discapacidad.  Esto urge de acciones concretas y la aplicación de las medidas de accesibilidad dispuestas en la legislación vigente.
Hasta que no se den los cambios en el entorno físico y social, hasta que no mejoren las oportunidades para las personas con discapacidad, hasta el día en que nuestros derechos sean respetados, desgraciadamente no podremos hablar de una democracia real, ciudadana, inclusiva, participativa y solidaria.  Mientras en Costa Rica siga existiendo la discriminación social el lema central de este artículo seguirá más vigente que nunca.